MAR, ARENA Y MÚSICA | EN IDIOMA ESPAÑOL

Con estos relatos ilustrados intento atrapar algunos de los momentos mágicos y fantasiosos que solamente podemos descubrir cuando convivimos con nuestros hijos en su primera infancia.

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Preámbulo

Crujió la puerta de la habitación. Se ocultó en la oscuridad de la noche. Agachado, para no ser visto, cerca de la cama donde dormían sus padres, Andrés, el segundo hijo de un joven matrimonio, dijo en voz baja, para no despertar a su madre:

—¡Papi!, ¿estás dormido? ¿Puedo subir?

A lo que su padre contestó, en voz baja.

—¡Shshshsh…! ¡Sí, vente!

El niño de cinco años, de tez clara, de rizado y dorado cabello, al oír tal cosa, esbozo una sonrisa. Se apresuró a subir, ágil pero sigilosamente, a la cama para no despertar a su mamá. Acomodándose entre sus padres, de inmediato, se durmió.

 

 

En el verano del ‘86

Mar, Arena y Música contiene sueños, fantasías e historias de una familia. Escribí el primero de los tres cuentos que lo integran mientras vacacionábamos, en el cocal San Antonio, ubicado en Chicxulub Puerto, Yucatán.

Rabindranath Tagore

Cada niño, al nacer, nos trae el mensaje de que Dios no ha perdido aún la esperanza en los hombres.

Platón, La República

“El entrenamiento musical es el instrumento más potente, porque el ritmo y la armonía se filtran en lo más recóndito del alma”